Así nació Ideas Medioambientales: del compromiso del voluntariado ambiental
Un reencuentro con nuestras raíces
La pasada semana vinieron a nuestra memoria gratos recuerdos a raíz de una visita de campo que nos llevó al paso de la Cañada Real de Pozo Rubio, próxima a la ciudad de Albacete.
Esta vía pecuaria contaba con unos magníficos ejemplares de pino carrasco y encina que ya superaban los dos o tres metros de altura, y una gran satisfacción nos inundó al recordar que esos señores árboles, ahora majestuosos, habían sido plantados por nosotros hace ya más de catorce años, cuando Ideas Medioambientales no estaba ni siquiera en nuestra imaginación.
Y la pregunta es: ¿por qué plantábamos esos árboles? Aquí es cuando los “abuelos cebolleta” comienzan a contar su historia, una historia que pocos conocen (excepto los más cercanos) y que hoy queremos compartir con vosotros.
Los comienzos: voluntariado y acción
Corría el año 1999. Tras varios años participando activamente en una asociación de voluntariado juvenil (Voluntariado de Acción Social, V.A.S.), tres jóvenes decidieron apostar por algo que entonces era casi desconocido: el voluntariado ambiental. Así nació el Proyecto ECO2000, cuyo objetivo fue la recuperación y mejora del medio natural en diversos parajes de la provincia de Albacete, como Ayna, Motilleja, Tobarra o la ya mencionada Cañada Real de Pozo Rubio.
Según las crónicas de la época —recogidas en los reportajes de prensa de La Tribuna y La Verdad—, las actividades incluían la retirada de residuos, la colocación de señalética ambiental, la plantación de especies autóctonas y, de manera transversal, la educación ambiental entre los propios voluntarios.
En algunos casos, participaron más de 50 jóvenes en cada jornada, recogiendo toneladas de residuos y repoblando con especies como pino carrasco y encina en zonas degradadas por incendios o abandono

El reconocimiento al esfuerzo
El éxito del proyecto no pasó desapercibido. En 2001, el ECO2000 fue galardonado con el premio “Espíritu Verde” otorgado por la Caja de Castilla La Mancha (CCM), dentro de su convocatoria de apoyo al voluntariado medioambiental

El reconocimiento se plasmó en diversos medios regionales, destacando que el proyecto “ha sabido conjugar la concienciación con la acción directa, demostrando que con pocos medios pero con gran ilusión se pueden lograr transformaciones reales en el entorno”.
En las imágenes de aquella época se observa a grupos de voluntarios retirando basuras, plantando árboles y, sobre todo, compartiendo la satisfacción de devolver vida a los paisajes albaceteños.
Las fotografías publicadas en revistas como Natura bajo los títulos “Voluntarios verdes” y “Parajes recuperados por voluntarios sociales” muestran con orgullo aquel espíritu de compromiso y cooperación
De aquellas raíces, estos frutos
Hoy esos árboles son símbolos vivos del compromiso ambiental de una generación que no se conformó con mirar, sino que actuó. Muchos de los que participaron en aquel proyecto son ahora técnicos, consultores o colaboradores de Ideas Medioambientales, y siguen trabajando con la misma vocación: proteger, conservar y mejorar nuestro entorno.
La gran lectura de esta historia es entender que no somos los únicos ni los primeros, sino que formamos parte de una cadena de compromiso que une pasado y presente.
Tenemos la suerte de contar con un equipo humano y una red de colaboradores que siempre han estado comprometidos con el medio ambiente y el patrimonio cultural, desde mucho antes de que existiera nuestra empresa.
Porque, como demuestra esta historia, Ideas Medioambientales nació de esos mimbres: del esfuerzo desinteresado, la cooperación y el amor por la naturaleza.

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