Perros buscadores en infraestructuras energéticas

El uso de perros por parte de los seres humanos es tan antiguo como su propia domesticación. Desde que los cánidos acompañaran al hombre en sus andanzas nómadas, este uso sus extraordinarias cualidades para multitud de tareas que iban desde el cuidado de campamentos hasta el acompañamiento en las partidas de caza. Una relación que se ha ido haciendo cada vez más estrecha a lo largo de los siglos y que ha perdurado hasta nuestros días en muchos ámbitos de actuación. Uno de ellos es la biología de la conservación y la gestión del impacto ambiental.

Los primeros trabajos en biología de la conservación con perros datan de finales del siglo XIX, si bien es a partir de la década de 1990 cuando comienza a extenderse su uso para el seguimiento de especies, detección de rastros, localización de nidales, captura de especímenes, etc. Desde entonces las habilidades de los cánidos se han aplicado en multitud de estudios con osos, martas, linces, zorros, armadillos, tortugas, serpientes, aves, murciélagos, pumas e incluso en el seguimiento de ballenas o la localización de plantas invasoras. Su capacidad olfativa les permite ser capaces de detectar y recordar miles olores diferentes, aun en presencia de otros olores de distracción o en proporciones de unas pocas partes por trillón, convirtiéndolos en herramientas muy efectivas al reducir la relación coste/beneficio, presentar tasas de error mucho menores que los humanos, ser capaces de discriminar entre diferentes especies, detectar rastros poco evidentes o poder trabajar en una amplia variedad de hábitats.

Recogiendo el testigo de su enorme potencial y plasticidad, Ideas Medioambientales S.L. comenzó a desarrollar en enero 2012, dentro de los programas de I+D+i de la empresa, el proyecto BIOCAN UTILITY para el entrenamiento y utilización de perros en la gestión del impacto que generan las infraestructuras sobre la fauna, y su comparativa con humanos. Así, iniciamos el adiestramiento de nuestros perros en la detección específica de cadáveres de aves y quirópteros asociados a interacciones con aerogeneradores.

Celta

Para ello los técnicos de Ideas Medioambientales S.L. basaron el entrenamiento en las pautas básicas del condicionamiento operante, por el cual el comportamiento de los perros es recompensado (“reforzado”) con la intención de que se repita más frecuentemente en el futuro. Siguiendo esta línea, se comenzó a entrenar la detección de cadáveres de aves y quirópteros en diferentes estados de descomposición y ambientes, de manera que una vez “fijados” los olores fueran capaces de localizarlos y marcarlos mediante las pautas establecidas y con escaso margen de error. Paralelamente, y para poder definir en qué grado los perros son más efectivos que los buscadores humanos en la detección de cadáveres, se llevaron a cabo experimentos de la misma naturaleza con técnicos especialistas en seguimiento ambiental de infraestructuras. En total, se trabajó la detección con 50 especies pertenecientes a 30 Familias taxonómicas diferentes, desde pequeños quirópteros y paseriformes a grandes rapaces o pájaros carpinteros, hasta realizar 599 experimentos de detección con perros y 121 con humanos.

Tras meses de trabajo, finalizamos el proyecto en el verano de 2013 con la convicción de que los perros, como herramienta de trabajo en la localización de cadáveres asociados a infraestructuras, no tienen competencia frente a las técnicas convencionales. Los resultados obtenidos en el proyecto BIOCAN UTILITY avalaron el rotundo éxito del mejor amigo del hombre respecto a las personas, con una media de efectividad para los primeros del 78 % frente a un 21 % de los buscadores humanos. Pero las diferencias no terminan ahí. En relación a los tamaños de las especies, y en contra de lo que cabría esperar al considerar que aquellas especies más voluminosas serían más fácilmente detectables, los perros no mostraron ningún sesgo para esta variable, localizando a las especies independientemente del tamaño que tuvieran. No así los buscadores humanos, que sí expresaron una clara tendencia a detectar los cadáveres más grandes en detrimento de los de menor tamaño.

Efectividad por tamaños

Los trabajos enmarcados en el proyecto BIOCAN UTILITY han puesto de manifiesto varios aspectos fundamentales para la correcta valoración y gestión de la mortalidad inducida por infraestructuras. Por un lado,  demuestran la elevada idoneidad de los perros a la hora de estimar adecuadamente el grado de impacto en relación a la mortalidad que causan, y evidencia la escasa capacidad de los humanos en el trabajo de campo. Igualmente, reflejan que los buscadores caninos se ven poco o nada influenciados por las condiciones del terreno o las características de los cadáveres, lo que les otorga una importante ventaja frente a las técnicas convencionales de búsqueda con personas. Estos aspectos también apuntan a una mejor relación coste/beneficio de los perros frente a los técnicos, lo que podría, en última instancia, mejorar la gestión ambiental de los diferentes proyectos reduciendo los costes de control a medio y largo plazo. Por último, platea la cuestión, no menor, de si los seguimientos actuales están valorando adecuadamente la magnitud y características de los impactos de las infraestructuras, atendiendo al escaso éxito que han mostrados las búsquedas realizadas por humanos.

En la actualidad,  Ideas Medioambientales S.L. sigue trabajando con BIOCAN UTILITY, aplicando los conocimientos adquiridos en otros proyectos, y analizando los datos para poder valorar de forma más precisa el efecto de la estructura de la vegetación y las condiciones meteorológicas en la capacidad de búsqueda de perros y humanos. Esperamos poder dar salida a toda esta información en un plazo corto de tiempo para ponerla a disposición de la comunidad científica y del público en general.

Y recordad, el perro es el mejor amigo del hombre y también del consultor ambiental.