Cuando abrimos el grifo de casa corre el agua alegremente; cuando llueve, la calle no se queda llena de charcos; cuando atravesamos ríos, pocas veces nos mojamos los pies; cuando hay una crecida lamentamos pérdidas económicas pero afortunadamente casi nunca vidas humanas,……..en nuestro día a día hay hechos que hemos integrado de un modo tan natural que ni siquiera nos damos cuenta de ello.
Sin embargo, detrás de esta cotidianeidad está el esfuerzo de muchos profesionales, como los hidrólogos, sin cuyo trabajo esta normalidad se vería seriamente afectada.
La tierra dispone de suficiente agua, pero no siempre se encuentra en el lugar y momento en que se necesita. Por ello, la hidrología nace como una ciencia que se encarga de estudiar, analizar e interpretar tanto el ciclo hidrológico del agua como la disponibilidad de este recurso vital.
Una de las herramientas fundamentales en las que nos apoyamos para elaborar estos análisis son los modelos hidrológicos, los cuales no son más que abstracciones matemáticas que describen el ciclo hidrológico, con la finalidad de simular la conversión de precipitación en escorrentía.
Cuando no se poseen datos del hidrograma de crecidas de la cuenca en estudio, pero sí de las condiciones pluviométricas en uno o varios puntos de la misma, se utilizan los llamados métodos hidrometeorológicos sintéticos, que brindan relaciones simplificadas entre lluvias y escorrentía.
El objetivo principal de estos análisis es estimar el caudal pico en el punto de cierre del estudio de cada cuenca o superficie.
Los avances en tecnología también han supuesto una gran ayuda en este campo, y a día de hoy, el uso de sistemas de información geográfica, Sig, para la aplicación de modelos hidrológicos es imprescindibles. Estos nos permiten calcular de modo rápido el área de la cuenca, la longitud del cauce así como los coeficientes de escorrentía en función del uso del suelo en la cuenca de estudio.
Pero, ¿cuál es la finalidad práctica de estos estudios? os preguntaréis.
Pues entre los objetivos de un modelo hidrológico está:
- orientar la toma de decisiones y alertas en zonas sensibles a inundaciones e infraestructuras destinadas a retener y laminar las puntas de caudal, como las presas.
- diseñar sistemas de drenajes efectivos
- diseño de puentes
- canalización de cauces
- elaborar trámites para las Confederaciones Hidrográficas como vertidos a cauce u obras dentro de cauce.
Otro tipo de modelación hidrológica, como el modelo hidrológico distribuido TETIS, permite estimar el recuso hídrico de una cuenca, siendo la finalidad de estos estudios:
- prever el impacto del cambio climático sobre la hidrología de la cuenca
- estimar la carga sedimentaria de los ríos y determinar la vida útil de los embalses
Cómo veis un modelo hidrológico está muy presente en nuestras vidas, aunque pase desapercibido, ya que sin él no dispondríamos todos los días de agua en la calidad y cantidad que necesitamos, nos mojaríamos cada vez que atravesáramos un río y las pérdidas en caso de inundaciones serían mayores.
Finalmente quisiera señalar que es una herramienta fundamental, para el cuidado del medioambiente, ya que nos sirve de apoyo para controlar que la actividad antropológica no afecte demasiado a este planeta llamado Tierra.