El sector de las energías renovables está en plena expansión en nuestro país. El interés de los inversores es cada vez mayor, la competencia es enorme y las corporaciones se suman en masa a la carrera por operar en un mercado prometedor. La premura por instalarse en una posición privilegiada, competitiva, en este sector en crecimiento, está propiciando un modelo de desarrollo de proyectos que busca obtener resultados a corto plazo, lo que ha provocado, unido a otros factores, cierto rechazo social hacia los proyectos más grandes.
Como explicábamos en junio en este artículo del blog, los nuevos criterios en los concursos de acceso adquieren una importancia mayor en el nuevo Real Decreto-ley 12/2021. A los criterios de carácter temporal y técnico regulados en el Real Decreto 1183/2020, se adhieren ahora otros del tipo socioeconómicos y ambientales que se podrán incorporar a los concursos.
Creción de Valor Compartido
Para intentar dar respuesta a la introducción de estos nuevos criterios, se está implementado la filosofía de Creating Shared Value (CSV) en muchos de los nuevos proyectos. En el centro de esta idea, se encuentra dar respuesta a problemas sociales o ambientales que tengan lugar en la localidad o localidades donde se prevé instalar un proyecto de energías renovables, a la vez que se genera valor social para la empresa promotora.
Para identificar dichas necesidades o problemas, se realiza un análisis del ámbito social, económico, institucional y ambiental del entorno del proyecto en cuestión. En una primera etapa, se recaba y analiza información sobre las características demográficas de la comunidad, el mercado de trabajo, el entorno educativo, el patrimonio cultural o los presupuestos municipales, entre otros aspectos. Este primer estudio socio-económico, político e institucional se completa con los aspectos más relevantes del correspondiente Estudio de Impacto Ambiental, con el objetivo de tener una visión holística del entorno que permita abordar la creación de propuestas de valor compartido con mayor acierto.
La siguiente etapa del análisis es la identificación de los grupos de interés del entorno del proyecto, cuya finalidad es conocer cuáles son los agentes (asociaciones, entidades, instituciones, ayuntamientos, sindicatos…) que actúan en el territorio, cuáles son sus preocupaciones y cuál es su posicionamiento ante el proyecto, mediante una serie de reuniones en las que se promueve el diálogo entre el promotor, el grupo de interés y la propia consultoría que realiza el estudio.
Tras estas reuniones, se define con mayor adecuación el plan de creación de valor compartido, que está compuesto por varias propuestas concretas a desarrollar en colaboración con los grupos de interés, y se especifican los compromisos de ejecución de las partes.
Al término de la implantación del plan CSV, se establecen una serie de mecanismos de medición de los impactos del plan, como sistema de seguimiento para evaluar las acciones implementadas con el objetivo de que estas se traduzcan en mejorías reales para la comunidad local.
Perspectivas futuras
En Ideas Medioambientales entendemos que es importante que la implantación de nuevos proyectos de energías renovables cuente con la sociedad local con el objetivo de aumentar su propio bienestar, al tiempo que se combaten los efectos del cambio climático. Con perspectiva de futuro, y también de presente, actualmente estamos realizando diversos análisis de estas características y desarrollando los correspondientes planes CSV ligados a proyectos eólicos y fotovoltaicos en Galicia, Aragón o Castilla-La Mancha.