Recuerdo con nostalgia mis primeros pasos en la consultoría ambiental, fueron muchos aquellos primeros cursos de formación en medio ambiente a finales de los 90. Recuerdo especialmente uno, sobre residuos y contaminación atmosférica donde un consultor valenciano con solera nos contó el famoso chiste del consultor, y que ahora comparto con vosotros:
“Estaba el pastor cuidando su rebaño de ovejas por los campos manchegos, cuando de repente aparece por el polvoriento camino un 4×4 impoluto, último modelo full equip. del 4×4 baja un joven de no más de 30 años con polo Ralph Laurent, vaqueros ajustados y zapatillas Converse. Se acerca al pastor y le dice: “Señor, si yo le adivino cuántas ovejas tiene usted en su rebaño sin contarlas ¿me regala una?” El pastor responde con algo de asombro: “Sí, claro!”
El joven se mete en su 4×4, abre su Mac último modelo, se conecta a la red de redes y accede a los datos de la NASA en tiempo real para posteriormente y mediante un satélite y vía GPS identificar la zona exacta del rebaño, calcula el promedio histórico del tamaño de una oveja tipo “manchega” y mediante una tabla dinámica de Excel y con la ejecución de algunas macros personalizadas en Visual Basic, tras tres horas de trabajo responde al pastor: “Usted tiene 987 ovejas y 2 pueden estar preñadas”.
El pastor sorprendido asintió y le dijo que efectivamente así era, y que por lo tanto se llevara una oveja.
El joven tomó una oveja y la cargó en el 4×4, pero cuando estaba a punto de irse el viejo le detuvo y le preguntó: “Disculpa joven, si yo adivino tu profesión, ¿me devuelves mi oveja?” El joven le dijo sonriente: “Claro, hombre.” El pastor de dijo: “Usted es consultor.” El joven, sorprendido exclamó: “¡Exacto!” y mientras le devuelve la oveja que había cogido preguntó: “¿Pero cómo se dio cuenta?”
Y el pastor le respondió: “Por tres razones. PRIMERO, usted vino sin que yo le llamase. SEGUNDO, me cobró una oveja por decirme una cosa que ya sabía. TERCERO, se nota que no conoce mi negocio porque se estaba llevando el perro.”
Este chiste fue la excusa para hacernos ver que debíamos aportar un valor añadido a nuestros clientes, que debemos ser la pieza que falta aportando un valor externo que el cliente no posee, así por ejemplo ¿y si el joven le hubiera dicho al pastor que existen subvenciones para su raza manchega y que se las gestionaba? ¿y si le hubiera propuesto un plan de manejo más sostenible? son sólo ejemplos pero es la vocación que todo consultor ambiental (o no) debe tener hacia su cliente.
En esta infografía exponemos siete puntos que justifican (a nuestro juicio) la contratación de un consultor ambiental o una empresa de medio ambiente.
Teresita Aguilar
Que decir me encanto el chiste, el cual es totalmente cierto y hace la diferencia entre los que realmente somos consultores ambientales y los que solo se limitan a copiar lo que ya esta escrito y normado sin reflexión alguna del momento espacio del cliente ya sea empresa o el propio ecosistema, evidencias del pasado, presente y las que están por venir. Gracias por compartir, saludos desde México.
Luis A. Monteagudo
Muchas gracias Teresita!!!!