¿Es la solución mágica la sustitución de las fuentes de energía sucias por las renovables?
Hoy por hoy, no. Un vistazo a nuestro alrededor y ¿qué nos encontramos? Los servicios públicos (la señalización, la iluminación, la climatización, las tecnologías…) El transporte, la maquinaria de obras públicas, la maquinaria agrícola. Industrias de las que consumimos sus productos (más o menos transformados), y de las que desconocemos sus procesos de producción y cuanta energía precisan y de qué tipo y fuente la necesitan. Y nosotros ¿cuanta energía consumimos en nuestro día a día a domicilio, en nuestros desplazamientos, con nuestra actividad cotidiana en el hogar?. De forma argumentada, a veces vehemente, hay quien considera que rozando el alarmismo, hay expertos y colectivos clamando por ir más allá de un ‘quita esas mangueras para poner esos cables’, reclamando un cambio radical del modelo y una concienciación sobre cuales deberán ser en el futuro los objetivos de los sistemas económicos y las expectativas y los compromisos de las sociedades. Toca, de nuevo, apretarse el cinturón en materia energética. Todo apunta a que no es factible ni viable sostener el actual modelo con las tecnologías y disponibilidad de generación, almacenaje y transporte de energías. ¿Y el autoconsumo o la autogeneración? No podemos confiar en su aporte a la colectividad. Ya hay estudios recientes en la materia que deberían sonrojarnos: aumentar la eficiencia disminuye el consumo instantáneo pero incrementa el uso del modelo lo que provoca un incremento del consumo global. Así lo formuló William Stanley Jevons en 1865 en su obra ‘La cuestión del carbón’, dando lugar a la que hoy conocemos como ‘Paradoja de Jewons’, que, aplicada al ámbito de la energía en la actualidad la está implicando que la introducción de tecnologías con mayor eficiencia energética están aumentando el consumo total de energía.
y, ¿cuál es el papel de una consultora como Ideas Medioambientales en todo esto?