Agua forestal

El agua es la base de la vida en la Tierra y establece uno de los vínculos básicos entre la biosfera y la atmósfera. La larga historia de la región mediterránea viene marcada por la interacción y co-evolución entre el hombre y su entorno natural, así como con el desarrollo de la agricultura, la ganadería y la aparición de los hábitats urbanos. Durante milenios, la Cuenca Mediterránea ha experimentado importantes cambios en el uso del suelo que han afectado y continúan afectando a los procesos biológicos y biogeoquímicos, incluyendo el ciclo del agua y los recursos hídricos, tanto en calidad como en cantidad.

A escala global, y desde los orígenes de nuestro planeta, una misma masa de agua fluye continuamente siguiendo las rutas que conforman los procesos del ciclo hidrológico. El ciclo del agua en los ecosistemas terrestres comienza con la lluvia, tras la cual sigue unas rutas que pueden divergir en determinados puntos: los denominados puntos de partición (PP); el primer PP lo constituyen las copas de los árboles, que interceptan parte del agua de lluvia que se re-emite por evaporación directa; en el segundo PP, la precipitación se divide en escorrentía superficial y agua infiltrada; en el tercer PP, el agua que llega al suelo es parcialmente evaporada desde el mismo, transpirada por las plantas, y una fracción recarga los acuíferos subterráneos.

Ciclo hidrológico y puntos de partición de la lluvia. Fuente: Birot & Gracia 2011

Un práctico método de contabilidad que proporciona un buen marco para comprender los procesos hidrológicos es el análisis del balance hídrico, aplicable a varias escalas. En su forma más simple, un análisis del balance hídrico se basa en una sola ecuación que compara las entradas y salidas de agua al tiempo que da cuenta de los cambios en su almacenamiento. Así, la lluvia en forma de precipitación genera dos tipos de recursos: agua verde en el suelo, que se utiliza para el crecimiento de las plantas y para la producción y que retorna a la atmósfera en forma de flujo de vapor; y agua azul en los ríos y acuíferos, accesible para el hombre, incluyendo el regadío (mediante el cual el agua azul se transforma en agua verde).

Imagen 2- Agua verde y agua azul

En definitiva, en el lenguaje de gestión de los recursos hídricos, el agua queda dividida en dos componentes: agua verde y agua azul. El Agua Verde es la suma de la intercepción, evaporación y transpiración, y es equivalente al concepto conocido como evapotranspiración. El Agua Azul es la suma de la escorrentía y la infiltración profunda; es la que va a parar a la red hidrográfica (manantiales, arroyos, ríos, lagos y embalses).

Las aguas procedentes de precipitaciones que caen sobre un predio de carácter forestal y que, por tanto, tienen la consideración de dominio privado constituyen el Agua Forestal. En España se reconocen las aguas de dominio privado (Artículo 408 del Código Civil y artículo 10 de la Ley de Aguas), estableciéndose que son aguas pluviales de dominio privado aquéllas que caigan sobre predios con dicho carácter mientras no traspasen sus linderos; el propietario de un monte podrá aprovechar con fines particulares las aguas pluviales que caen sobre las tierras forestales de su titularidad hasta que salgan de su propiedad. Este volumen de agua, al caer sobre la vegetación forestal y atravesarla, se puede transformar en Agua Azul, la que pasa a la red hidrográfica o los acuíferos por escorrentía o infiltración, o bien en Agua Verde, que se transforma en materia vegetal o es usada por la misma (Transpiración y Evaporación).

La multifuncionalidad del monte y las masas forestales es algo probado, siendo la provisión de agua y la regulación del ciclo hídrico el servicio ambiental de mayor valor en nuestros ecosistemas forestales. Es evidente que a través de la selvicultura y la ordenación de las masas forestales se puede influir en los destinos del Agua Forestal y, por lo tanto, en la optimización de los dos conceptos que la componen. El manejo que se haga sobre la vegetación condicionará la mayor proporción de uno u otro tipo de agua, de los elementos que los componen, la cantidad y distribución de sus caudales y la calidad de los mismos. Con una adecuada gestión, se pueden manejar y obtener incrementos o decrementos significativos en el volumen de Agua Azul, que se traducirán en variaciones de los caudales disponibles en superficie. Lo mismo sucede con el volumen de Agua Verde, lo que permitirá en algunos casos variar en la misma proporción la productividad de la masa o bien garantizar la supervivencia de la misma en fases de implantación y restauración.

A ello, hay que sumar el conocimiento en la España Mediterránea de técnicas y actuaciones tradicionales para la gestión del agua y los suelos fértiles y productivos en zonas de montaña, que permiten aprovechar el agua de escorrentía como agua útil para la producción vegetal, contribuyendo a su vez en muchos casos a la eliminación de la erosión y pérdida de suelo. Es el caso de bancales y albarradas, aljibes, balsas ganaderas, etc.

Imagen 3- bancales

Bancales tradicionales en La Gomera. Fuente: www.aidergomera.es

Imagen 4- Albarradas

Albarrada tradicional en Monte de Bercho (Pegalajar, Jaén) Fuente: www.pegalajar.org

En definitiva, el Agua Forestal es un factor productivo cuyo manejo y aprovechamiento son posibles, siempre en un marco sostenible ambiental y económicamente. Optimizar el punto de equilibrio entre ambos conceptos y ejecutar actuaciones para alcanzarlo, siempre en función de las precipitaciones anuales del ámbito de actuación, constituye un posible nicho de servicios empresariales.

Con la base de estos principios, la Asociación Nacional de Empresas Forestales (ASEMFO) inició en el año 2013 una línea de actuación destinada a conseguir la puesta en el mercado de una carta de servicios empresariales asociados a la gestión del ciclo hídrico desde las masas forestales, a través del Proyecto “Agua Forestal: producción de aguas en tierras forestales”, elegido por el programa EmpleaVerde 2007-2013, gestionado por la Fundación Biodiversidad y subvencionado por el Fondo Social Europeo. Como parte de este Proyecto, ASEMFO impartió dos cursos de formación a distancia sobre acciones y tareas para el diseño de actuaciones de gestión de aguas forestales, productos y servicios; para después ofrecer una asesoría empresarial a una selección de empresas y profesionales de entre los que realizaron los cursos mencionados, para la creación e implantación de líneas de negocio en este sentido, siendo IDEAS MEDIOAMBIENTALES una de las empresas seleccionadas y partícipes de este Proyecto.

El fruto de la participación de Ideas Medioambientales S.L. en el Proyecto “Agua Forestal: producción de aguas en tierras forestales” es la incorporación a su cartera de servicios ambientales de una nueva línea de negocio para acciones de Agua Forestal.

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