La taxonomía es el orden. El ordenar y clasificar la vida. Y es imprescindible. También en lo referido a la flora ibérica.
En España el estudio de la naturaleza, hasta hace pocas décadas, era una actividad de muy pocas personas. Y muchos de los pioneros lo eran en su tiempo libre. Así, los naturalistas del resto de Europa acudían a España, en particular los botánicos, a recolectar especímenes y describir nuevas especies. Por eso tantísimas especies endémicas de la Península Ibérica están descritas por autores extranjeros.
Esto lo puedes entender cuando empiezas a estudiar botánica y tienes que pelear con las claves dicotómicas. Boisser, Lange y sobre todo Willkomm son autores con muchas especies descritas. Con el tiempo autores españoles tomaron el relevo y fueron describiendo pacientemente especies nuevas. Muchas, muchísimas especies. Y siguen describiéndose cada año más. Tantas que no había ninguna obra que las recopilara todas.
Se han necesitado 39 años y más de 200 autores para terminarla. Tras un esfuerzo enorme se han incluido 6.120 especies. Todas están recogidas en la mítica obra Flora Iberica (sin acento en la “e” de ibérica, porque es en latín, que sigue siendo la lengua de la botánica). Por fin se ha terminado. Ya no habrá que desesperarse cuando vayas a identificar una especie y te encuentres que, el tomo que contiene la familia de esa especie, no se ha publicado.
No se puede conservar ni proteger lo que no se conoce. Flora Iberica llena un hueco imprescindible para conocer nuestra flora. La obra facilitará el trabajo de los botánicos. Ahora que sabemos que estamos en un triste momento en el que muchas especies van a desaparecer por el calentamiento global, que causa cambios en el régimen de lluvias y en las temperaturas, esta obra llega a tiempo para ayudar a conservar la flora ibérica.
En Ideas Medioambientales incluimos siempre en los estudios de impacto ambiental estudios de flora y vegetación, porque son factores determinantes en la viabilidad de los proyectos en el medio natural. Es necesario dedicar un gran esfuerzo por técnicos muy especializados y, en momentos muy concretos, para localizar las especies que pueden estar presentes en una zona determinada y que florecen a lo largo del año. Pero es imprescindible.