Recuperar charcas y anfibios
Hace un par de décadas, quizá menos, eran frecuentes en las afueras de nuestros pueblos o en los descampados de las ciudades la existencia de charcas someras o pequeños humedales atestados de vida. Llegar hasta ellos era, en muchos casos, como un viaje iniciático, una suerte de pequeña aventura que nos permitía creernos ya “niñ@s mayores”. Recordamos vívidamente aquellos aguarrales rodeados de juncos y repletos de ranas, renacuajos y sapos. Junto a ellos, las tardes noches de ´la alta primavera, acercándonos ya al verano, ofrecían un regalo impagable: el croar intenso de las ranas mezclándose con el chapoteo del agua y la melodía de los pajarillos. Sin duda, quienes amamos la naturaleza, pasamos en esos parajes algunos de los mejores momentos de nuestra infancia. Se hace urgente, por tanto, recuperar charcas y anfibios.
Hoy, el cambio climático, la proliferación de pozos y extracciones de agua, las alteraciones del hábitat y la expansión del urbanismo han reducido sensiblemente estos ecosistemas y, consecuentemente, la fauna anfibia asociada a ellos.
Proyecto Tritón
En la provincia de Huelva se ha puesto en marcha un proyecto piloto denominado ‘Tritón’ cuyo objetivo esencial consiste en recuperar charcas y humedales creándolos de forma artificial para fomentar la presencia de herpetofauna, mejorar el estado de sus poblaciones, diversificar el número de especies presentes y concienciar e implicar a la población local en su respeto, disfrute y conservación.En resumen, recuperar charcas y anfibios.
El proyecto se lleva a cabo de manera conjunta entre las asociaciones y las administraciones públicas. Los colectivos locales aportan el trabajo de las voluntarias y voluntarios, los Ayuntamientos ceden el terreno y la maquinaria, en caso de ser necesaria, y finalmente las entidades supramunicipales, Delegación de Medio Ambiente o Diputación Provincial, conceden subvenciones para la compra de material, vallado perimetral, instalación de cartelería informativa, pago de seguros de voluntariado, etc.
En este sentido, una vez que la entidad local ha cedido un terrero, los voluntarios cavan una pequeña fosa de unos 50 cm de profundidad y 12 m2 que se impermeabiliza para evitar la filtración del agua, tapizándolo luego con piedras del propio terreno y finalmente se cierra con una valla perimetral para evitar posibles daños por la entrada de ganado, perros asilvestrados, depredadores naturales, etc. Alrededor de la charca se plantan árboles o arbustos autóctonos de estos ecosistemas y se crean también pequeñas cuevecillas con montoncitos de piedra y tejas de barro para crear hábitats óptimos para ser ocupados por anfibios y reptiles.
La charca debe ser de poca profundidad para garantizar su carácter estacional, llenándose con las lluvias del invierno y permitiendo así buenas condiciones para la reproducción de los anfibios durante la primavera.
Finalmente, y gracias a la colaboración de los centros educativos y los Agentes de Medio Ambiente, el programa lleva asociado también varias charlas-taller con los escolares del entorno, al objeto de sensibilizarlos sobre la importancia de los anfibios, su función beneficiosa como grandes consumidores de insectos e indicadores de la calidad ambiental, así como la fragilidad de los humedales y su rol esencial como ecosistemas que diversifican el paisaje y generan fuente de vida silvestre.
Tritón es, en suma, un proyecto de recuperación de la biodiversidad local, con la pretensión de recuperar entornos degradados y devolverlos a la ciudadanía llenos de vida, para que las personas vuelvan a tener la oportunidad de sentir y vivir intensamente la naturaleza: sus sonidos, sus olores y sus colores. Aunque tal vez, en el fondo, lo estemos haciendo sencillamente, para recuperar parte de nuestra infancia.