La sarna sarcóptica es una enfermedad que puede afectar a un gran número de especies domésticas y silvestres. Ésta es causada por un ácaro parasitario llamado Sarcoptes scabiei, qué resulta altamente contagioso para fauna silvestre, ganado doméstico y también puede contagiar al ser humano. Se transmite por contacto directo de animales ya infectados o indirectamente, si el ácaro se encuentra en zonas que use la fauna, como bebederos o refugios.
El manifiesto del S. scabiei suele depender de la especie afectada, tamaño, sexo, condición física y sistema inmunológico. Pero de forma general, se traduce en fuertes picores (prurito), costras, alopecia, pérdida del apetito y con ello pérdida de peso, haciendo que el animal se debilite lentamente, causando su muerte.
La evolución de la enfermedad se puede dividir en tres fases:
- Fase inicial: se aprecia prurito (sensación de picor) y alguna lesión dérmica poco evidente.
- Fase de consolidación: prurito muy intenso, la piel empieza a verse de forma anormal y con alopecias.
- Fase crónica: Alopecia en gran parte del cuerpo, piel costrosa, endurecida y agrietada. El animal se deteriora progresivamente, presentando una delgadez extrema, concluyendo con la muerte del animal.
Entre las especies más afectadas se encuentran: ungulados (oveja, cabra doméstica, ciervo, arruí, rebeco, vaca, cabra montesa) y mamíferos (cerdo, zorro, conejo, mustélidos e incluso al lobo). Algunas de las especies más sensibles ya nombradas anteriormente son: la cabra montesa (Capra pyrenaica), zorro (Vulpes vulpes) y conejo (Oryctolagus cuniculus). Sin olvidar que puede contagiar a especies domésticas como perros o gatos.
¿Hay tratamiento para la sarna sarcóptica? La respuesta es sí. Se emplea un medicamento llamado ivermectina, que es un antiparasitario de alto espectro para el tratamiento de la sarna en animales domésticos. Para los animales silvestres las dificultades aumentan, pues hay que realizar tratamientos masivos, que se realizan a través de agua o alimento. Esto trae conflictos pues, hay que realizar un cálculo de la dosis que añadiremos a la comida o agua, teniendo en cuenta, que la cantidad ingerida sea suficiente para que el animal sea tratado correctamente. También se ha probado a realizar capturas de animales contagiados y realizar una inyección subcutánea del medicamento, pero ha de realizarse un gran esfuerzo humano para realizar la captura del animal. Otro tratamiento, pero que trae consigo un intenso debate social, es la eliminación selectiva de animales infectados. Este método se ha empleado en alguna ocasión para intentar controlar la sarna, pero se han obtenido pocos resultados debido a la dificultad de identificar animales infectados, pues no siempre aparecen lesiones visibles.
Existen también medidas preventivas que apoyan a la fauna doméstica como el ganado y a la fauna silvestre como rumiantes salvajes. Se trata de hacer revisiones en las explotaciones ganaderas y así actuar con la mayor antelación posible, para ver si algún espécimen del ganado esta contagiado de sarna. Pues en caso positivo, puede contagiar a propios miembros del ganado y también a la fauna salvaje, causando grandes estragos al ganadero y a la vida silvestre.
Sin duda alguna, la naturaleza nos regala infinitas formas y colores, una belleza que asombra aunque se haya visto un número incalculable de veces, comportamientos que siguen y seguirán impresionando a la inteligencia humana pero, aquellos que ahondan en las profundidades del mundo salvaje, observarán una constante lucha por la supervivencia que podrán resumir en sufrimiento, dolor, enfermedades como la sarna, injusticias, muerte… pues por muy bello que sea, el mundo salvaje no conoce la piedad.
Bibliografía
https://www.iustel.com/diario_del_derecho/noticia.asp?ref_iustel=1010373
https://digital.csic.es/handle/10261/147404
Carlos García, Biodiversidad