¿Qué somos? ¿Leones o huevones? así reza uno de los principales mantras de la exitosa serie de televisión “La que se avecina“. Pero no, no vamos a hablar aquí de la virilidad de nadie ni de la nuestra.
Queremos hablar de una cosa bien distinta pero que también responde a esta pregunta ¿qué somos? ¿somos una empresa de medio ambiente, somos una asociación ecologista, una fundación? y es que mucha gente nos pregunta qué somos y queremos contártelo y diferenciar una figura de otra.
Empresa de medio ambiente o consultora ambiental. Eso somos.
Nosotros lo tenemos claro, somos: una empresa de medio ambiente o consultora ambiental, agroforestal y arqueológica bajo la figura de una sociedad de responsabilidad limitada. Como sabéis nuestro caldo de cultivo fue una asociación juvenil sin ánimo de lucro (ver Los Mimbres de Ideas Medioambientales) pero nuestros objetivos y nuestra responsabilidad nos llevaron a lo que somos hoy y abandonar esa figura asociativa.
¿S.L., Asociación o Fundación?
Sociedad Limitada, asociación o fundaciones pueden parecer sinónimos en lo que a estudios de medio ambiente (y otros) se refiere, pero no lo son. Hay que tener en cuenta que cada una posee características específicas y que son mutuamente excluyentes. Una asociación no tiene afán de lucro, aunque pueden realizar actividades económicas para ayudar a su financiación (rifas, sorteos, etc.). Los fines de una empresa están claros; en nuestro caso: “conservar el medio ambiente ganándonos la vida”.
Las actividades que realiza una asociación suelen ser de carácter benéfico, cultural,… las empresas de medio ambiente (y todas) realizan actividades económicas y también sociales a través de su RSC (si quieres ver la nuestra; RSC Ideas Medioambientales)
La desigualdad
A lo largo de nuestras casi dos décadas trabajando nos hemos encontrado con asociaciones o fundaciones que parecen no tener claro sus principios y objetivos. Entramos en un juego desigual, ya que, en en el enfrentamiento “cuerpo a cuerpo” las sociedades cargan a sus espaldas con unos gastos adicionales como por ejemplo el tipo impositivo del impuesto de sociedades del 25% frente al del 10% de la asociaciones y fundaciones, y este es solo un ejemplo. Nos queda en estos casos sólo un arma; la calidad del trabajo y el buen hacer.
Son imprescindibles, eso es indiscutible
Si bien es cierto que nos hemos topado con casos “poco profesionales”, en la gran mayoría de los casos las asociaciones y fundaciones constituyen un pilar fundamental para la protección ambiental. Sin ellas, la divulgación y la presión social y en muchos casos el rigor, quedaría reducido a cenizas.
En definitiva, como empresario o ciudadano debes tener en cuenta siempre con qué figura quieres contar y cuál es tu objetivo. Así, a la hora de contratar estudios o trabajos profesionales, entendemos que deberás buscar una empresa de medio ambiente. Si por el contrario buscas denunciar, participar o colaborar, tu destino es siempre una asociación o fundación medioambiental.