El nuevo protocolo para cumplir los objetivos ambientales de la PAC ya está aquí, Mario Díaz y Elena D. Concepción exponen en su estudio un protocolo de diseño y evaluación de las medidas de mejora de la Política Agraria Común, que se aplica en Europa. Han establecido objetivos explícitos en función de las problemáticas detectadas en cada área, y proponen un protocolo que pueda evaluar y mejorar la efectividad de las medidas en función de los resultados.
La nueva reforma de la PAC ha incluido medidas obligatorias para asegurar que sus ayudas económicas solo lleguen a quienes cultivan siguiendo normas que protegen la biodiversidad, ya que, hasta 2014 la PAC basó sus esfuerzos en asegurar una agricultura compatible con la biodiversidad basada en contratos voluntarios con los agricultores interesados.
La toma de decisiones en cinco etapas
1. Segmentación de medidas de conservación:
Esto conlleva la definición clara de objetivos de conservación, es decir, lo que pretendemos preservar: poblaciones de especies amenazadas, comunidades ricas en especies, servicios ecosistémicos relacionados con la biodiversidad.
2. Consideración de los requisitos de las metas a escala de campo y del paisaje:
Establecimiento de los elementos o rasgos a escala de campo, paisaje o hábitat requeridos por los objetivos (por ejemplo, setos, tierras en barbecho, áreas abiertas sin cultivar, cultivos perennes, etc.)
3. Consideración de las limitaciones de escala paisajística bajo un enfoque funcional:
Definición de los niveles regionales de complejidad del paisaje. Evaluaciones con métricas de paisaje y valores umbrales derivados de la teoría básica o de estudios empíricos de acuerdo con el contexto regional y los requisitos específicos de los objetivos.
4. Adaptación de los instrumentos de política a las limitaciones de los paisajes regionales y adaptados a los objetivos:
¿Qué instrumentos deberían aplicarse de acuerdo con las limitaciones de la complejidad del paisaje? ¿Están ya disponibles, o necesitamos nuevas herramientas desarrolladas?
- En paisajes simples: Aumentar de la complejidad de paisaje por medio de medidas coordinadas para lograr la aceptación por parte de los agricultores antes de considerar la generalización de medidas agroambientales en la gestión local.
- En paisajes intermedios: Aplicación de medidas dirigidas a especies, comunidades o servicios ecosistémicos. La investigación sobre los requerimientos de los hábitat contribuirá a mejorar la eficacia.
- En paisajes complejos: Mantenimiento de la complejidad paisajística y las prácticas agrícolas, para evitar el abandono del uso de la tierra o posibles cambios (por ejemplo, forestación, cultivos perennes) que pueden simplificar los paisajes. El desarrollo de medidas obligatorias o muy atractivas (por ejemplo, acuerdos de conservación, subsidios directos a sistemas agrícolas de alto valor natural, etc.) en lugar de medidas de ambientales voluntarias o débilmente obligatorias.
5. Evaluación sistemática y proceso de aprendizaje:
La evaluación de la eficacia ecológica de las medidas mediante comparaciones o mediante el control de impacto antes y después debe establecerse paralelamente al desarrollo del esquema. Una buena alternativa cuando el mantenimiento a largo plazo de los controles es difícil o imposible, es el seguimiento de una amplia gama de tipos de terrenos que permitirá la estimación de los impactos. Los resultados de las evaluaciones deben integrarse en el diseño de las rondas de reforma posteriores.
Las conclusiones
Las medidas destinadas a mejorar y mantener la complejidad de los paisajes agrícolas no sólo favorecerán la biodiversidad, sino que también aumentarán la eficacia de las medidas encaminadas a reducir la intensidad del uso del suelo en diferentes tipos de paisaje.
El pensamiento a escala paisajística es, por lo tanto, esencial para mejorar la conservación de las tierras de cultivo y las recomendaciones específicas de manejo deben ser formuladas regionalmente.
Es urgente incorporar todas estas ideas derivadas de investigaciones recientes sobre los esfuerzos de greening de la PAC, ya que la eficacia no ha mejorado después de las reformas de la PAC de 2007.
La actual PAC continuará impulsando la intensificación agrícola, así como el abandono de tierras menos productivas y estas directrices pueden ayudar a incorporar los conocimientos actuales sobre cómo y por qué los gradientes de intensidad de uso de la tierra agrícola modifican y limitan la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas. Ahora, es el momento de aplicar este conocimiento al diseño y evaluación de políticas.