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El turista estepario: el chorlito carambolo

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Para el público que esté menos involucrado en el mundo de la ornitología, puede que el chorlito carambolo (Charadrius morinellus) les sea ajeno e incluso se piense en un origen más allá de las fronteras españolas. Pero, nada más lejos de la realidad. Al menos en sus zonas de paso habituales en el territorio ibérico, su pequeño tamaño y coloración críptica del plumaje labran su fama de “ave-estrella” para el pajarero castellano-manchego, aunque los motivos pueden ser numerosos. Quizás el premio de su observación provenga de las peculiares estrategias reproductivas en las zonas de cría, donde los roles sexuales están intercambiados: el macho es el que incuba y se ocupa de la crianza de los pollos; la hembra, con colores más vistosos, defiende el territorio e invierte esfuerzos en reproducirse con más machos. Incluso la fascinación puede venir de sus frenéticos y largos viajes migratorios, y su corta estancia en nuestros campos. O puede que su peculiar belleza sea suficiente para embelesar y sorprender al naturalista. Aunque, al fin y al cabo, y como sostenían Dubois y Rousseau en su libro “La pequeña filosofía de los pájaros”:

Los pájaros, discretos maestros de vida, en su espontaneidad y su ligereza, tienen mucho que decirnos, siempre y cuando les escuchemos.

Quizás la mera observación es lo que hace mágica a esta ave, siempre que el observador esté dispuesto a dedicarle algo de tiempo.

Chorlito carambolo en un paraje de La Roda (Albacete). Autor: Noé Cuesta.

El chorlito carambolo es un limícola de pequeño tamaño, similar a un estornino, con un pico muy corto y oscuro. Las patas son largas y presentan un color verdoso amarillento. En todos sus plumajes presenta unas evidentes cejas blancas unidas en la nuca y una estrecha banda semicircular pálida en el pecho. Como hemos comentado arriba, presenta un dimorfismo sexual invertido, con la hembra en plumaje nupcial más vistosa que el macho. El juvenil es similar al adulto no reproductor, pero con las plumas de partes superiores con rebordes pálidos. En campo, la ceja blanca junto al pequeño tamaño y la banda pectoral son caracteres útiles para su identificación (SEO Birdlife; Cañizares Mata, 2018).

Para ponernos en situación, el chorlito carambolo es un ave de distribución eurosiberiana, con sus zonas de cría repartidas de forma fragmentada, con gran parte de la población reproductora establecida en la tundra de Eurasia y con pequeños núcleos en norte de Kazajistán y China, el sur de Siberia, norte de Mongolia y el sureste de Rusia. Sin embargo, sus cuarteles de invernada se localizan en el norte de África y Oriente Medio, desde el Magreb hasta Irán (SEO Birdlife). Establecen, en base a estos lugares de cría e invernada, varias rutas migratorias que atraviesan distintos países (e incluso grandes masas de agua, como el Mar Mediterráneo o el Mar Adriático), algunas de ellas discurriendo por la península ibérica.

Distribución del chorlito carambolo. Fuente: eBird.

Por ello, la península ibérica es, por su situación geográfica, un espacio clave en la ruta migratoria del chorlito carambolo. Así, salvando ciertos enclaves en el Pirineo catalán donde se ha reproducido de forma puntual (Gutiérrez et al., 1996) y otras zonas donde se han establecido aves a invernar algunos años (Cañizares Mata, 2018; Whitfield et al., 1996), la visita de esta especie en nuestro territorio queda relegada a los periodos de migración (otoño y primavera) (Whitfield et al., 1996). Estos periodos de migración se nombran como “paso prenupcial” (antes de la reproducción) para referirse al paso de primavera; y “paso postnupcial” (después de la reproducción) en el caso de la migración de otoño. Durante esta migración se establece en distintos parajes a lo largo del territorio para alimentarse, acumulando reservas con el fin de emprender de nuevo su viaje. Estos parajes donde se establece son variados, ocupando tanto zonas interiores como costeras y zonas de montaña, frecuentando hábitats de cultivo labrados y ambientes esteparios (Cañizares Mata, 2018).

Conectividad en la migración del chorlito carambolo con aves criando en Fennoscandia. En naranja, ruta trazada por un ave con geolocalizador. Los círculos rojos muestran los lugares donde se han anillado; Los puntos morados son pertenecientes a 5 aves equipadas con marcadores satelitales; Para las aves recuperadas anilladas, se muestran círculos verdes (primavera), rojo oscuro (otoño) y azul claro (invierno). El área rayada de azul son zonas de invernada y las líneas discontinuas las rutas migratorias. ¬Fuente: Aarvak et al., 2019.

Para esta especie, y acotando ahora a la comunidad de Castilla La Mancha, el número de citas es mayor en el paso postnupcial, con el pico de ejemplares entre finales de agosto y últimos de octubre. El paso primaveral es menos intenso, con citas entre finales de marzo y principios de mayo (eBird). En Albacete, los periodos de estancia parecen alargarse durante el paso de otoño (Cañizares Mata, 2018).

Y son en estas breves y fugaces visitas donde se encuentra otra de las peculiaridades ecológicas de la especie: su fidelidad a los emplazamientos de paso, es decir, muestran cierta reticiencia a aparecer en los mismos campos año tras año. En la provincia albaceteña, a pesar de ser un migrante escaso, se han localizado cuatro núcleos importantes, con una gran fidelidad; y con observaciones de bandos de más de 100 aves. Sus preferencias de hábitat aquí se asocian a parcelas de más de 50 ha, con escasa o nula vegetación. Además, los bandos suelen estar compuestos mayormente por aves adultas (Cañizares Mata, 2018). ­

Por ello, Castilla La Mancha, y en especial la provincia albaceteña, contienen parajes de recreación ornitológica para el pajarero aficionado. Sobre todo, por una de las aves más deseadas en los pasos migratorios, el chorlito carambolo. Porque la atracción personal por una cierta especie puede acarear la atracción por otras especies, y cito aquí al famoso mirmecólogo y naturalista E.O Wilson: “Visto un pájaro, no los has visto todos”. La naturaleza tiene siempre el poder de fascinar y enseñar al ser humano, y una de las vías es hacerlo a través del maravilloso mundo de la avifauna.

Ilustración de chorlito carambolo realizada por Elsa García.

Bibliografía

Cañizares Mata, D. & Cañizares Mata, J.A. 2018. Seguimiento de la migración del chorlito carambolo (Charadrius morinellus) en los Llanos de Riachuelos y Los Clérigos (Albacete). III Jornadas sobre el Medio Natural Albacetense, Sabuco.

D. Philip Whitfield , Keith Duncan , Dave Pullan & Rik D. Smith (1996) Recoveries of Scottish‐ringed Dotterel Charadriusmorinellus in the non‐breeding season: Evidence for seasonal shifts in wintering distribution, Ringing & Migration, 17:2, 105-110, DOI: 10.1080/03078698.1996.9674125

Gutiérrez, R., Carulla, A., Parellada, X., García-Ferré, D., Santaeufemia, F.X., Figuerola, J., Muntané, O. & Cerdá, F. 1996. The breeding population of Eurasian Dotterel Charadrius morinellus in Spain. Wader Study Group Bull. 80: 47-49.

Pulliainen, E. & Saari, L. 1993. Ring recoveries of Finnish Dotterels Charadrius morinellus. Wader Study Group Bull. 67: 54-56.

Tomas Aarvak, Sami Timonen, Dag Gjerstad, Roni Väisänen y Esko Pasanen. 2019. Light-logger mapping of migratory connectivity of Dotterels breeding in alpine Fennoscandia. Póster.

Noé Cuesta, Biodiversidad

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